(Die Legende vom heiligen Trinker, 1939)
Joseph Roth (Imperio austro-húngaro 1894-1939)
Ed. Anagrama, 87 pp.
Lo que recordaba como la historia de un vagamundo entrañable, se ha convertido en la de un borracho irredento.
Sólo he necesitado una hora para releer las escasas ochenta y siete páginas y quizás la mitad de las cuales el protagonista se las pasa bebiendo. Existe toda una literatura escrita por borrachos, drogadictos, fumadores y sexoadictos, en la que el mero consumo de estas sustancias se convierte en argumento. A mí no me parece literatura. Pueden hacer la prueba, cambien bebida, cigarro, etc... por comer, que también es una fuente de placer y además imprescindible para vivir: la trama no se aguanta (salvo casos excepcionales).
A este libro sólo le falta el prólogo de Carlos Barral elogiando a los borrachos para acabarlo de arreglar.
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