"Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas"
(Alice's Adventures in Wonderland, 1865)
Lewis Carroll
Ed. Anaya 1999, 315 pág.
-narrativa juvenil-
(Alice's Adventures in Wonderland, 1865)
Lewis Carroll
Ed. Anaya 1999, 315 pág.
-narrativa juvenil-
Aunque en el libro comentado de V. Pagès se excluye a Alicia por las dificultades de traducción, para mí era una asignatura pendiente. Sin embargo, abandono su lectura en la pág. 85. Si se tratara de elaborar un trabajo, lo terminaría. Pero como en mi caso es para pasarlo bien, lo dejo.
Creo que la edición de Anaya es magnífica. Tiene las ilustraciones originales de John Tenniel, para mí imprescindibles. En cuanto a la traducción, si bien se adivina difícil, han hecho un esfuerzo considerable, explicando a pie de página las dudas o los cambios necesarios.
El problema es que después de 85 pág. no me interesa lo que le pasa a Alicia. No tengo ganas de acompañarla a ningún sitio. Es posible que se deba a mi natural incomprensión de la "lógica" (que ya me hizo abandonar la carrera de Filosofía), todo es demasiado abstracto y metalingüistico. Me cansa la niña creciendo y menguando sin parar. Me aburre la fascinación que siente Carroll por las convenciones sociales típicas de la era victoriana y su deseo de trastocarlas; cómo se hablan unos a los otros ocupando un estrato social, la hora del té, etc. Y eso que yo soy una fan de esa época.
Por otro lado y a pesar de que existe una corriente de crítica literaria que considera irrelevante la personalidad del autor y que lo que cuenta es el texto, yo no lo veo así. Hay obras que me piden más del autor y otras que no. Por ejemplo; en la obra que comentaré a continuación: Frances H. Burnett no me interesa en absoluto, salvo conocer cuatro datos representativos. Ahora bien, si la vida de L. Carroll en sí de momento no me interesa, lo que no puedo obviar es la relación que el autor mantenía con las hermanas Liddell, por otro lado, del dominio público. Las fotos a las niñas y en particular a Alicia, a la que fotografió en actitud morbosa. Que Carroll detestaba a los niños y sólo le gustaban las niñas. Bien, altamente perturbador y que me resulta inseparable de la lectura del libro, que en teoría escribió para ellas. No dejo de pensar en un pedófilo en ciernes y no puedo separarlo. Sé muy bien que si el libro me gustase, todo ello pasaría a segundo plano, pero no es así.
Todo ello no es obstáculo para que el libro contenga algunas imágenes muy bellas y evocadoras, como la de la pág. 67 y que se refiere al Gato
"y esta vez desapareció muy lentamente, empezando por el extremo de la cola, y acabando por la sonrisa de su boca, que permaneció flotando en el aire después de haber desaparecido el resto del cuerpo"
"y esta vez desapareció muy lentamente, empezando por el extremo de la cola, y acabando por la sonrisa de su boca, que permaneció flotando en el aire después de haber desaparecido el resto del cuerpo"
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