"Las aventuras de Tom Sawyer"
(The Adventures of Tom Sawyer) 1876
Mark Twain
(The Adventures of Tom Sawyer) 1876
Mark Twain
Ed. Anaya 2008, 276 pág.
Dice V. Pagès en su libro "De Robinson Crusoe a Peter Pan" (que comenté hace poco) que Tom Sawyer es recomendable "porque permite revivir el espíritu de la infancia" y tiene razón en el sentido que normalmente la infancia es recordada de forma amable, aunque haya sido terrible.
No sé por qué imaginaba yo el relato mas risueño, ¿quizás porque está dirigido a los niños? Lo cierto es que no se trata de que el libro esté lleno incorrecciones políticas:
- el indio es malo (un asesino)
- el negro es tonto
- los niños fuman, beben y martirizan a los animales
Sino que además:
- se practica el castigo corporal
- tanto Tom, como Huck no son queridos. Son libres "gracias" a la falta de afectos.
- la Tía Polly es una caricatura y Mary y Sid unas sombras negativas.
- el pueblo es supersticioso y de una religiosidad ignorante.
- cuando Tom se escapa a la isla y vuelve durante la noche a su casa para avisar de que está bien, no lo hace. Es un sociópata en potencia. No siente ninguna empatía por los sentimientos de los demás.
-Tom sólo muestra su rostro mas humano en compañía de Becky Thatcher.
-en ningún momento Tom se detiene a leer, la gala que hace de conocimientos literarios no tiene sentido. No parece haber ningún libro en su casa y en la escuela tienen el aspecto de tener muy pocos. --El carácter de Tom en perpetuo movimiento es contrario al de un niño que lee habitualmente.
- Tom es un chico que no se hace querer, carece de los sentimientos necesarios, es egoísta y astuto, pero no tan listo cómo lo pinta el autor.
-Cuando el maestro no está castigando, está borracho.
-El padre de Huck es un borracho que no aparece y de los padres de Tom no sabemos nada, ya que Tom ni lo menciona.
Bien, que aparte de todo ello sean libres para ir de un lado a otro y cultivar una amistad de "servicio militar", quizás, pero no me parece tan idílico. Es cómo reírse recordando las bromas de las novatadas. Muy poco edificante. No me extraña que su lectura haya caído en desuso. Claro que, yo soy una "chica".
En conclusión, no se trata tanto de "lo que cuenta", sino de "cómo lo cuenta". El narrador adopta un punto de vista edénico que resulta exasperante.
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