Sobrevivir un gran amor... (2009), L. Racionero

"Sobrevivir a un gran amor, seis veces" (2009)

Luis Racionero (1940-)

Ed. RBA 2009, 266 pág.

-memorias-


Luis Racionero es un autor al que he leído, pero no he tenido interés en seguir. En este caso el libro me lo ha dejado F. y lo leo para comentarlo con él.

Considerando el poco interés que tenía, me lo he pasado bastante bien. Está correctamente escrito, es divertido y conozco de primera mano la época que describe. El texto es atractivo hasta la pareja cuarta, ya que todo parece bastante sincero, pero a partir de ahí se nota que no se explica todo, quizás por cansancio de la reiteración y por ello hacia el final pierde fuerza.

Lo he leído en una tarde (ayer) y mi impresión es la que he descrito. Pero cuando me fui a dormir, la historia seguía dando vueltas en la cabeza como si algo no encajara, hasta que tuve claro de que se trataba.

No puedo resistir la tentación de explicar la conclusión, para que al igual que propone el autor, sea aviso de navegantes. Cuando alguien nos explica un caso personal tenemos la tendencia lógica a estar de acuerdo con el que lo cuenta, ya que al fin y al cabo, nos ofrece su versión. Pero cuando los datos no cuadran, nosotros mismos completamos la narración. Racionero nos detalla seis relaciones intensas y un sin número de relaciones pasajeras. Nos asegura que su fracaso se debe a la extrema maldad femenina (yo no me siento aludida). Pero él no aprende de sus errores. Una y otra vez vuelve a hacer lo mismo, que le lleva al mismo resultado. Parece tonto. Racionero es uno de esos casos tan claros de hombre inteligente que sentimentalmente es un inmaduro.

Racionero tiene un problema que nos ha explicado, pero del que él no es consciente. Bueno, a mí tampoco me gusta usar a Freud, que en este caso es clarísimo (y no se trata de que esté enamorado de su madre). Nos lo ha contado él reiteradamente: tiene la sensación de que su madre no le quiere. Que sólo ama a su hermano mayor. Constata repetidas veces ese temor. A pesar de ello, se esfuerza en mantener una relación física con la madre, producto de su represión adolescente en el exterior, que se traduce en besos en los brazos y que es rechazada. Una posibilidad de expansión sexual a través de una criada nueva, es anulada con su despido por parte de la madre. La madre no lo quiere, no lo amamanta, prefiere al mayor, no deja que la toque y además despide a una posible vía de desahogo sexual que es la criada. Sin embargo, Racionero quiere a su madre, pero no logra solucionar sus conflictos con ella. Por ello, cuando su madre muere, siendo él es bastante adulto, lo vive como un drama excesivo, el motivo subconsciente es que no ha solucionado su enfrentamiento y... ya no podrá solucionarlo.

Todo lo que Racionero nos explica después, todas sus relaciones sentimentales, están relacionadas con ese conflicto no solucionado. NO entiende a las mujeres, porque no entendió a su madre. En el libro el padre es apenas mencionado, aunque muera pronto. Hay un momento que también me parece muy ilustrativo y es cuando el autor se queja de que no tiene perro, porque la actual pareja "no le deja" y ella si lo tiene. Después cuando han roto no sabemos que si logra tener perro, por lo que en realidad no tenía ninguna importancia. Es la típica tensión entre hijos y padres por las mascotas. Por no hablar de que casi toda las colisiones que tiene con sus parejas están en la onda "de lo que le dejan hacer" "de cómo lo cuidan" es decir, una relación materno filial.

A mí tampoco me gustan estas interpretaciones seudofreudianas, pero en este caso le va como anillo al dedo. Personalmente he comprobado en muchas ocasiones cómo problemas no resueltos con los padres derivan hacia malas relaciones sentimentales. En general no puede hacerse nada, el daño ya está hecho y es casi imposible cambiar nuestra percepción de cómo vemos las cosas. Lo único que está en nuestra mano es conocer el problema y asumirlo. Definitivamente, el gran problema no es cómo son las cosas, sino cómo esperamos que sean.

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