Diarios 1984-1989, S. Márai

"Diarios 1984-1989"

Sándor Márai (1900-1989) Hungría

Ed. Salamandra 2008, 219 pág.

-diarios-


Sándor Márai y su esposa Lola en su exilio por diferentes ciudades, finalmente deciden instalarse en la idílica ciudad californiana de San Diego. Lugar que les gusta y les permite estar cerca de su hijo adoptivo János.

El autor empieza el que será su último Diario con fuerza, citando a Orwell y pasando revista a acontecimientos mundanos y literarios. Pronto empieza el deterioro físico y de salud, sobre todo por parte de Lola. A pesar de que Márai pierde la visión de un ojo y la fuerzas no le acompañan, cuida de su esposa mientras es posible y todas las noches a pesar de la dificultad encuentra tiempo para leer. De hecho leer será su último consuelo. Todavía es capaz de encontrar alivio espiritual en la lectura de escritores húngaros y clásicos como "El Quijote".

Finalmente Lola es ingresada y sufre un lento deterioro hasta su muerte. Con lo que Sándor se enfrenta al desastroso sistema sanitario de Estados Unidos, lo suficiente para saber lo que él no hará. Ya sólo en casa, cada día que pasa, le muestra su soledad y su desvalimiento. Le quedan los cuadernos de Lola, en los que durante años y en decenas de ellos anotaba todos los simples acontecimientos diarios. Gracias a los cuadernos revive los momentos felices del pasado. Casi no sale a la calle y cuando lo hace aún presta su mirada de periodista a aquellos detalles peculiares que le sorprenden. Recibe la noticia que su hermano pequeño ha muerto. De los cuatro hermanos, sólo queda vivo él, el mayor. Las anotaciones de su Diario, cada vez son más escuetas, trágicas y desesperanzadas.

Se ha quedado prácticamente solo. Y entonces sucede lo inesperado; János, su hijo adoptivo, por el que siente un gran aprecio, muerte súbitamente del corazón a los cuarenta y seis años.
El una fecha tan temprana como en febrero de 1984, Márai anota en su diario "Dice Edmund Wilson que alrededor de 1932, en los años de la Gran Depresión, San Diego era el destino preferido de los suicidas americanos: los deprimidos y los desesperados venían aquí para morir. Entre 1911 y 1927 llegaron más de quinientas personas para suicidarse. La ciudad entonces tendría unos trescientos mil habitantes. Hoy tiene el tiple; sin embargo, el número de suicidas ha disminuido, la gente se traslada aquí porque espera vivir al calor del sol" pág. 25
Más tarde en febrero de 1987 anota "una noticia local: en la zona de San Diego, entre 1980 y 1986 se suicidaron dieciocho mil personas; la mayoría tenía más de sesenta y cinco años, y recurrió a las armas de fuego porque no confiaba en los venenos" pág. 181
Sándor Márai compró un arma y siguió un pequeño entrenamiento facilitado por la policía local. Finalmente en 1984, el 21 de febrero, cómo si todos los febreros se hubiera sentido más deprimido que de costumbre, se disparó en la cabeza y murió.

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