¡Tierra, Tierra!
(¡Föld, föld...!, 1972)
Sándor Márai (1900-1989) Hungría
Ed. Salamandra 2006, 446 pág.
-memorias-
(¡Föld, föld...!, 1972)
Sándor Márai (1900-1989) Hungría
Ed. Salamandra 2006, 446 pág.
-memorias-
Segunda parte de las memorias de Sándor Márai. La primera: "Confesiones de un burgués" que comenté el 26 de agosto, terminaba con el regreso del autor a Hungría hacia 1928.
¡Tierra, Tierra! se sitúa sobre 1944. Las tropas alemanas se retiran y entran los rusos. Al principio la obra no ofrece demasiados alicientes. Marai describe el lento pero inexorable avance de las tropas rusas en territorio húngaro. Primero individuos sueltos, después tropas y finalmente la ocupación soviética. Márai se convierte en un espectador e interlocutor atento, sin prejuicios, intentando ser justo.
El texto podría leerse como un panfleto anticomunista para quedar bien con los norteamericanos en la guerra fría. Afortunadamente no lo es. Márai es por supuesto un anticomunista, pero lo que nos explica no parece tendencioso, intenta presentar mil matices, que justifican sus sentimientos y en cualquier caso es lo que él siente. Pero además hay también, en ese momento que Hungría parece diluirse, que desaparecerá bajo "lo eslavo", una indagación sobre el destino de Hungría que escogió ser occidental, sobre el humanismo, sobre la indiferencia de Europa hacia Hungría y los húngaros, sobre la patria de la lengua, sobre el comportamiento humano en tiempos difíciles... montones de reflexiones sobre las que vale la pena acercarse.
¡Tierra, Tierra! se sitúa sobre 1944. Las tropas alemanas se retiran y entran los rusos. Al principio la obra no ofrece demasiados alicientes. Marai describe el lento pero inexorable avance de las tropas rusas en territorio húngaro. Primero individuos sueltos, después tropas y finalmente la ocupación soviética. Márai se convierte en un espectador e interlocutor atento, sin prejuicios, intentando ser justo.
El texto podría leerse como un panfleto anticomunista para quedar bien con los norteamericanos en la guerra fría. Afortunadamente no lo es. Márai es por supuesto un anticomunista, pero lo que nos explica no parece tendencioso, intenta presentar mil matices, que justifican sus sentimientos y en cualquier caso es lo que él siente. Pero además hay también, en ese momento que Hungría parece diluirse, que desaparecerá bajo "lo eslavo", una indagación sobre el destino de Hungría que escogió ser occidental, sobre el humanismo, sobre la indiferencia de Europa hacia Hungría y los húngaros, sobre la patria de la lengua, sobre el comportamiento humano en tiempos difíciles... montones de reflexiones sobre las que vale la pena acercarse.
Es verdad que entre las primeras memorias y las segundas existe en espacio de tiempo muy importante del que nos gustaría conocer qué pensaba el autor. Ni una alusión al periodo nazi con los "cruces flechadas". No puedo decir nada en este sentido, ya que falta mucha obra de Márai por traducir.
Mientras leía el libro, no podía dejar de pensar en lo que me recordaba a Imre Kertész, cuya obra "Yo, otro" revisaré en cuanto pueda. Los dos autores húngaros hablan con una voz parecida; humilde, perpleja. Lo que da a su visión un aire de modernidad indiscutible.
Comentarios
Publicar un comentario