“Anatomía de la inquietud”
(Anatomy of Restlessness, 1996)
Bruce Chatwin (Inglaterra 1940-1989)
Anaya y Mario Muchnik, Madrid 1997, 199 pág.
-artículos y varios-
(Anatomy of Restlessness, 1996)
Bruce Chatwin (Inglaterra 1940-1989)
Anaya y Mario Muchnik, Madrid 1997, 199 pág.
-artículos y varios-
En este momento puede que al público le suene el nombre de Bruce Chatwin, más que por sus libros, porque lo utilizan en la publicidad de las agendas Moleskine; dicen que fue uno de sus modernos impulsores junto con Hemigway. Lo cierto es que a mí también. Además suelo mezclar su imagen con la del actor alemán Klaus Kinski con el que en mi imaginación tiene cierto parecido.
Y me sorprende, por lo menos el aparente olvido (en tres librerías no he encontrado ningún libro suyo), de este escritor inglés nacido en 1940 y muerto en 1989, autor de una obra poco extensa basada en algunos libros y colaboraciones periodísticas. Ya que Chatwin se encuentra bastante próximo a ciertas sensibilidades actuales; sobre todo por su relación con los objetos y su necesidad de viajar.
Y me sorprende, por lo menos el aparente olvido (en tres librerías no he encontrado ningún libro suyo), de este escritor inglés nacido en 1940 y muerto en 1989, autor de una obra poco extensa basada en algunos libros y colaboraciones periodísticas. Ya que Chatwin se encuentra bastante próximo a ciertas sensibilidades actuales; sobre todo por su relación con los objetos y su necesidad de viajar.
Chatwin pretendía ser actor, pero la oposición familiar y la poca fortuna en los estudios lo llevó a trabajar en la casa de subastas Sotheby’s, dónde se convirtió en experto en arte , a pesar de que no tenía una preparación específica. Él mismo se presenta como un impostor:
...demostré mis escasas nociones sobre los impresionistas franceses y prosperé. No pasó mucho tiempo y me convertí en el experto para todo quehacer: volaba de aquí para allá para sentenciar, con increíble arrogancia, el valor o la autenticidad de las obras de arte. Me gustaba particularmente decirle a la gente que sus cuadros eran falsos, pág. 22
Aunque después se demore detalladas descripciones de objetos que atestiguan su pericia de experto.
Con el tiempo una enfermedad en los ojos, al parecer psicosomática, le hace que replantee su vida y se dedica a viajar y a descubrir su vocación de nómada.
...demostré mis escasas nociones sobre los impresionistas franceses y prosperé. No pasó mucho tiempo y me convertí en el experto para todo quehacer: volaba de aquí para allá para sentenciar, con increíble arrogancia, el valor o la autenticidad de las obras de arte. Me gustaba particularmente decirle a la gente que sus cuadros eran falsos, pág. 22
Aunque después se demore detalladas descripciones de objetos que atestiguan su pericia de experto.
Con el tiempo una enfermedad en los ojos, al parecer psicosomática, le hace que replantee su vida y se dedica a viajar y a descubrir su vocación de nómada.
El libro “Anatomía de la inquietud” es una colección de escritos de diferente temática que puede resultar ideal para conocer al autor. Reconozco que tenía el texto medio olvidado desde hace por lo menos diez años en mi biblioteca y parecía que no encontraría el momento de leerlo. Me había acercado a sus primeras páginas varias veces sin éxito. Sin embargo, en esta ocasión lo he leído y no sé por qué le tenía cierta antipatía. Quizás debido a su personalidad contradictoria e impostora; su cultivado aparente desprecio por los objetos de arte y cosas en general que sin duda reprime a un entusiasta coleccionista. La necesidad de justificar y ensalzar el nomadismo, que puede que esconda la incapacidad de quedarse quieto. La misma foto que ilustra la portada del libro invita a esa duplicidad, por un lado ese aspecto de viajero desaliñado, pero por otro la foto es obra de Lord Snowdon el que fuera marido de la princesa Margarita de Inglatera. Su bisexualidad en principio oculta, incluso se casó, pero que su muerte por sida puso de manifiesto.
En cualquier caso, el libro me ha gustado en todos su apartados, tanto en lo biográfico, como en lo viajero o en las reseñas literarias o artísticas. Hace gala de un montón de conocimientos dispersos, ironía y una saludable iconoclastia.
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