Juan Ramón Jiménez (Moguer 1881, Puerto Rico 1958)
Anaya didáctica 2005, 231 pág.
¡Qué joya! ¡Qué tesoro! ¡Qué error creer que "Platero y yo" es un libro para niños! Fue el mismo Juan Ramón quien lo dedicó "A mis niños", aunque también lo matizó de alguna manera más tarde. En cualquier caso el texto se suele encontrar en las lecturas obligatorias escolares con lo que se le infringe un daño perdurable, ya que todas esas lecturas obligadas son también después olvidadas.
No puedo entender que se dedique a los niños un texto tan profundamente triste, que básicamente habla de la muerte... y de la crueldad, y la ignorancia, y el atraso y cómo es posible sustraerse de todo ello a través de la bondad de los animales y la belleza de la naturaleza. Debo confesar que no puedo leerlo sin ponerme a llorar. Cualquier frase ya provoca las lágrimas. Es de una belleza y tristeza infinitas.
"Platero y yo" está escrito de forma aparentemente sencilla, en un estilo de poesía en prosa, con la estructura de ciento treinta y ocho estampas, cada una con un título individual, en la que se dibuja un momento, una circunstancia... Me recuerda a "Las historias naturales" (1894) de Jules Renard, pero con su propia personalidad.
Platero es la síntesis de los varios burros que tuvo el autor en su Moguer natal, cuyo nombre proviene del color del pelaje. A lomos de tan humilde y graciosa cabalgadura, Juan Ramón, cual Don Quijote, sale a descubrir el mundo que le rodea.
En cuanto al poeta Juan Ramón Jiménez he leído alguno de sus libros de poemas y me gustan más los de la primera etapa, de los otros me siento distante. Pese a que me gusta, tengo alguna dificultad para conectar con la poesía. Sin embargo, hay un poema suyo que es uno de mis favoritos, se trata de "El viaje definitivo", sólo por eso, ya me declaro incondicional de Don Juan Ramón.
"Platero y yo" es un libro maravilloso que reconduce nuestra alma y que nadie debiera dejar de leer.
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