"Sospechosos" -inacabado-
(Suspects, 1985)
David Thomson (Londres 1941)
Randon House Mondadori, Roja y Negra, 2010, 428 pág.
-novela negra, cine-
(Suspects, 1985)
David Thomson (Londres 1941)
Randon House Mondadori, Roja y Negra, 2010, 428 pág.
-novela negra, cine-
El pasado sábado leía una reseña elogiosa de este libro del crítico de cine, Jordi Costa, en el diario "El Punt". Tan bien lo dejaba que no dudé un instante en comprarlo.
El autor David Thomson es al parecer un reputado crítico cinematográfico nacido en Londres en 1941 y que reside en Los Angeles. Tiene un par de obras muy reconocidas sobre cine, pero por algún motivo creo que no han sido traducidas al castellano (?). En este caso estamos hablando de una obra escrita en el ya lejano 1985 y que tampoco había sido traducida.
Jordi Costa se refiere a este texto en clave de "posmoderno" supongo que porque trasciende géneros y de alguna manera subvierte los propósitos originales. David Thomson lo que nos ofrece en este libro es una especie de diccionario de personajes principalmente del cine negro estadounidense, pero en lugar de explicar lo que podemos ver o subjetivamente entender en la película original, lo que hace es imaginar sucesos anteriores o posteriores al momento cinematográfico, ampliando nuestro conocimiento de determinados personajes de películas muy conocidas.
Dicho así, puede parecer atractivo, pero no lo es. Y no lo es por diversos motivos; el motivo principal es porque destroza los argumentos. Otro motivo es porque todas las ramificaciones o desenlaces son muy ricos en detalles, pero muy pobres de contenido. En ningún momento ningún personaje se enriquece con las aportaciones de su vida anterior o posterior, todos se empobrecen y todos tienen una deriva hacia la sordidez y la escabrosidad más absoluta.
Las películas son lo que son. Tanto por lo que muestran, como por lo que ocultan. Todos somos libres de forma individual de fantasear sobre lo que puede dar de sí cualquier personaje de ficción. Somos conscientes de lo que hemos visto, lo que nos han mostrado y lo que suponemos entender. Volver a entrar en una película de la mano de David Thomson, no para compartir su punto de vista estético sobre ella, sino para suponer que en "Luna de Papel" 1973, la niña Addie crece y pretende acostarse con el que hasta ahora ella ha creído que es su padre, no, francamente no me interesa y me destroza la maravillosa película de Peter Bogdanovich. Cuando además es imposible olvidar que si bien la película es una ficción (basada en una novela), en la película se jugaba con la ambigüedad de que en la fícción no se sabe si es el padre, pero el la película son padre e hija reales; Ryan y Tatum O'Neal. El autor parece más interesado en ajustar cuentas con los personajes que detesta, que en crearles unas vidas alternativas. Sucesivamente va masacrando a Ilsa Lund (Ingrid Bergman) o Victor Laszlo de Casablanca, a Diane Keaton de El Padrino I y II o matando a James Stewart en lugar de Kim Novak en Vértigo.
Thomson podría haber hecho este ejercicio con humor, mucho humor. Pero no, a pesar de cierta ironía que no salva el texto, lo que predomina es un ejercicio de novela negra que puede satisfacer a los aficionados a este tipo de libro, pero no puedo entender que les guste a los cinéfilos. Confieso que sólo he leído una parte. Sobre todo de películas que recordaba bien y me ha parecido INSOPORTABLE, UN HORROR, como si a partir de ahora mis recuerdos originales se mezclaran con elementos nuevos, absolutamente detestables. Me siento completamente estafada como aficionada al cine.
Hay un apéndice en el libro escrito en 2006, donde el autor reflexiona sobre los avatares de su libro y reconoce que aunque goza de ciertos entusiastas, también "tengo amigos en el mundo del cine a los que este libro siempre les ha producido cierto desasosiego, por la sencilla razón que invade el territorio sagrado de las películas y tal vez ofusque sus recuerdos" (pág. 423). En este sentido no puedo estar más de acuerdo con él. Me imagino a Thomson, un inglés cultivado y refinado en lo intelectual instalado en Hollywwod, aborreciendo y adorando por igual ese falso mundo de sueños y ansia por el dinero y la fama, refugiado en un amargo cinismo, del que seguro existe algún personaje en alguna película que ahora no recuerdo.
Thomson podría haber hecho este ejercicio con humor, mucho humor. Pero no, a pesar de cierta ironía que no salva el texto, lo que predomina es un ejercicio de novela negra que puede satisfacer a los aficionados a este tipo de libro, pero no puedo entender que les guste a los cinéfilos. Confieso que sólo he leído una parte. Sobre todo de películas que recordaba bien y me ha parecido INSOPORTABLE, UN HORROR, como si a partir de ahora mis recuerdos originales se mezclaran con elementos nuevos, absolutamente detestables. Me siento completamente estafada como aficionada al cine.
Hay un apéndice en el libro escrito en 2006, donde el autor reflexiona sobre los avatares de su libro y reconoce que aunque goza de ciertos entusiastas, también "tengo amigos en el mundo del cine a los que este libro siempre les ha producido cierto desasosiego, por la sencilla razón que invade el territorio sagrado de las películas y tal vez ofusque sus recuerdos" (pág. 423). En este sentido no puedo estar más de acuerdo con él. Me imagino a Thomson, un inglés cultivado y refinado en lo intelectual instalado en Hollywwod, aborreciendo y adorando por igual ese falso mundo de sueños y ansia por el dinero y la fama, refugiado en un amargo cinismo, del que seguro existe algún personaje en alguna película que ahora no recuerdo.
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