Adiós a una casa de muñecas (1996), Claire Bloom

"Adiós a una casa de muñecas"

(Leaving a Doll's House, 1996)

Claire Bloom  (Londres, 1931)

Ed. Circe 2015, 311 pág.

-memorias-


Claire Bloom es una actriz británica de gran solera y prestigio, que se ha repartido entre el teatro clásico y el cine. Su carrera empezó casi de forma triunfal con el papel protagonista en la película de Chaplin "Candilejas" (Limelight), desde entonces de una forma u otra no ha dejado de trabajar y siempre ha estado muy bien considerada.
 
En lo personal siempre había sido muy discreta. Se le conocía el matrimonio con Rod Steiger con el que tuvo una hija y su relación con el escritor estadounidense Philip Roth.
 
Este es su segundo libro de memorias. En 1982 publicó "Limelight and After: The Education of an Actress" en el que sobre todo hablaba de su carrera y presumo que en lo personal seguía siendo discreta. 1996 publicó este volumen mucho más personal e íntimo, después de la traumática ruptura con Philip. 
 
En primer lugar lo que llama la atención es el por qué no se había publicado antes en España y han tenido que pasar casi veinte años. Inexplicable. Ya que tanto Philip como Claire son muy conocidos por el público español.
 
El libro de Claire no se limita a la relación con Philip Roth, aunque es la parte más importante. La actriz habla de toda su vida, desde que nació. Sus padres, la guerra, su vocación de actriz, la suerte con Chaplin, su carrera, sus amores: con Richard Burton, Yul Brinner ... una colección bastante extensa de amantes conocidos para una chica tan modosita como ella pretendía ser. Sus matrimonios y después de una forma amplia su relación y matrimonio con Philip Roth.
 
Cuando en su día leí parte de la obra de Philip Roth y sin saber nada de su vida personal, salvo lo que cuenta él mismo, ya me dejó una impresión muy negativa. Profundamente nefasta, que me hacía imposible seguir leyéndolo. Una hombre egocéntrico, machista, egoísta, desalmado probablemente y pagado de sí mismo hasta cotas superlativas. Claro que eso era lo que yo imaginaba. Sabiendo que las memorias de su ex mujer eran también muy negativas, me complacía leerlas porque de alguna manera corroboraba una presunción previa.
 
Lo que sucede es que a pesar de que mi opinión sobre el escritor es mala, no lo es peor de cuando no había leído el libro. Puede que incluso haya mejorado ligeramente. Ello es debido a que todo lo que nos cuenta Claire de su relación, en todo caso deja mal a los dos.
 
Este tipo de escritos de autojustificación son muy peligrosos, porque se nota demasiado el maniqueísmo del autor. Yo soy muy bueno y los demás son muy malos. Mala receta. Se nota demasiado que Claire explica las cosas como quiere y las lleva siempre a su molino. Todos sus recuerdos son autojustificatorios. 
 
Philip y Claire
Yo no dudo que las cosas fueran tal y como las explica Claire, que también las explica de forma interesada. La pareja estuvo unida dieciocho años y se casaron en el tramo final de esa relación. Todo el proceso de separación fue largo, penoso, porque Roth estaba enfermo mental y físicamente, y humillante para Claire, muy humillante.
 
Para mí es evidente que se trataba de una pareja inadecuada. No porque él fuera un intelectual y ella una actriz, sino porque los dos tenían personalidades parecidas, demasiado inestables emocionalmente. Al principio los dos se sintieron halagados por el otro: ella una bella actriz británica de teatro clásico, él un prestigioso escritor. Los dos eran judíos por lo que en este sentido era positivo. Con el tiempo, las variables necesidades emocionales de cada uno eran imposibles de satisfacer por parte del otro. 
 
Eso era en el mejor momento, después, la gente de hace mayor y se vuelve más quisquillosa con sus manías. Dos egos necesitando todo el espacio disponible no es la mejor fórmula para que una relación se soporte. Llegó un momento en el que Philip, aparte de sus neuras, dejó de ver a Claire con sesenta años, como la mujer apetecible y digna de envidia que había sido en el pasado. Decidió que ya no quería vivir más con ella y lo hizo de la forma más fea posible: la sometió a una especie de tortura mental y la perjudicó económicamente.
 
Claire parecía no saber de dónde venían las bofetadas y todo le resulta inexplicable. Escribe este libro para justificarse y resacirse psicológicamente, porque al fin y al cabo Roth tampoco se corta cuando escribe de sus ex relaciones. Pero lo que resulta profundamente lamentable es que hasta la última página Claire se siga humillando y preguntado el por qué y de alguna manera espere una reconciliación.

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