Mac y su contratiempo (2017) E. Vila-Matas

"Mac y su contratiempo"  (2017)

Enrique Vila-Matas

Editorial Seix Barral, feb. 2017, 303 pág.

Siempre he sido una fan incondicional de Vila-Matas (Barcelona, 1948). Aunque desde "Doctor Pasavento" en 2005 no había leído nada suyo porque los títulos no tenían aliciente para mí.

Era un tiempo en el que los niños parecían muy mayores, y los mayores parecían muertos   (pág.25)

Mac es un hombre de unos sesenta años que se ha quedado en el paro. Después de una depresión empieza a escribir un diario como una forma de prepararse para la escritura. Este empeño logra absorberlo y ocuparlo, aunque su mujer piense que no hace nada.

Tiene un vecino escritor petulante y pagado de sí mismo del que recuerda haber leído un libro suyo de hace unos treinta años, que el propio autor deplora, por haberlo escrito entre brumas de alcohol.

Mac se propone reescribir ese mismo libro, que trata de diferentes historias escritas con el estilo de diferentes escritores célebres, sobre un ventrílocuo y que se titula "Walter y su contratiempo".

Un ventrílocuo, es decir que tiene varias voces. Unos personajes, tanto los de la ficción como los de la realidad (todos en definitiva ficticios) que tienden a mezclarse y confundirse. Un Mac, que también puede ser el escritor detestado y también el sobrino, todos ellos en una misma personalidad desdoblada o triplicada.

En esta novela se habla reiteradamente de "las ficciones de la repetición" de la inevitabilidad de la copia, de la indistinguible línea que separa la ficción de la realidad. Escrita en primera persona, como corresponde a un diario, lo que le da mucha proximidad. También reencontramos esa prosa para nada pretenciosa y llena a rebosar de referentes literarios. Una voz que me gusta.

...le dijo que en otro tiempo creyó en muchas cosas, pero al final fue desconfiando de ellas para quedarse con una única y definitiva fe: la de creer en una ficción que se reconoce como ficción, saber que no existe nada más y que la exquisita verdad consiste en ser consciente de que se trata de una ficción y, aun así, creer en ella. (pág. 176)