Narrativa completa, Dorothy Parker

"Narrativa completa"

(Complete Stories 1920-1958)

Dorothy Parker

Lumen 2005, 636 pág.

-relatos y apuntes-


Los relatos y apuntes que aparecen en esta recopilación fueron publicados entre 1920 y 1958. Entre las revistas se encuentran, desde una prosaica Ladies' Home Journal en 1920 a sobre todo The New Yorker (revista creada en 1925), pasando por Vanity Fair, Harper's Bazaar, The Saturday Evening Post, Esquire, Cosmopolitan, etc. 
Dorothy Parker, de la que acabo de leer su biografía, tiene también una obra en forma de versos y que están editados por separado. Son composiciones irónicas y modernas que en su momento tenían un extraordinario éxito, fiel reflejo de la época del jazz y las chicas flappers.
Para mí la autora siempre había sido una asignatura pendiente. Es cierto que había intentado leerla hace años en un libro que se llamaba "La soledad de las parejas", una colección escogida de sus textos, pero no conecté con ella. Contrariamente a lo que piensa alguna corriente de crítica literaria, que se manifiestan en contra del conocimiento del autor y lo que importa exclusivamente son los escritos, creo que, en el caso de la escritora de Nueva York saber cómo era resulta sustancial. De hecho, su obra es casi indistinguible de su vida.
Dice Dorothy Parker en algún sitio:
si sobrevives al crepúsculo
soportarás la noche
o algo parecido. En algunos de sus relatos contemplamos esa situación. Son parejas relativamente jóvenes, han tenido algún momento bueno, ellos han perdido el interés, ellas no lo entienden. Ellos después del trabajo, por la tarde, parecen asomarse a una especie de abismo que solo pueden soportar bebiendo. Ellas beben también para encontrar algún puente con sus parejas, pero tras unas copas felices, el vacío se extiende entre y delante de los dos y solo cabe seguir bebiendo hasta perder el conocimiento. 
Ese es el panorama que nos presenta la autora como si nos mostrara una especie de trampa universal de la que es imposible escaparse, como si no hubieran otras posibilidades.
En sus historias también tenemos a montones de gente que parece que hablen solas, que exponen sus pensamientos a interlocutores mudos o sordos. Gente anónima que ni siquiera tiene nombre: la chica de la chaqueta azul y el joven de la corbata a rayas. Chicas que necesitan desesperadamente que les presten atención. Gente insultantemente frívola. Hombres que no soportan que las chicas estén tristes. Gente cuadriculada en un mundo cuadriculado o triangular. La incomunicación de las parejas. Familias aparentemente felices en las que alguien se está autodestruyendo inexorablemente.

Mención especial merecen las mujeres que esperan que las llamen por teléfono, una llamada de aquellos hombres que es evidente han dejado de amarlas o de interesarse por ellas.
Los finales son abiertos y destacan los diálogos. Son relatos más de diálogo que narrativos. O también monólogos. Hacen como una fotografía de un momento preciso, de una angustia, de una incomunicación. Hay ironía, pero tampoco demasiada. Y tampoco son especialmente graciosos, más bien deprimentes, claro que los he leído en una traducción y siempre quedará la duda de si el original puede resultar muy distinto.
Sorprenden los relatos en los que se habla abiertamente del alcohol y de la bebida. Sobre todo porque era en tiempos de la prohibición, y se describen claramente la formas de consumirlo y los bares clandestinos. Que eso se explicara en revistas de tirada importante es algo chocante.
Como ya comentaba en la biografía, la presencia del alcoholismo me parece excesiva. Los comportamientos son exactamente iguales a una drogadicción y me resultan pesados y repetitivos. La actitud de las mujeres tampoco es reconfortante: o bien son chicas ilusas que sólo esperan una llamada de un guapo chico que las consuele o bien son unas harpías. Por otro lado, esperaba de Dorothy una ironía más lograda y punzante que no acabo de encontrar.
Siempre ha habido la leyenda de que Dorothy Parker es una escritora maldita, en el sentido de que su obra no tiene el reconocimiento que merece. Es cierto que problemas con los derechos legales de su obra (legados por ella a personas inadecuadas) han impedido una difusión aceptable, pero también es verdad que son unos textos muy ligados a una época, a una moda. Hay quien quiere encontrar en ellos lo que no hay, como una especie de feminista concienciada. A mí no me parece que lo sea. Y la verdad: me ha costado de terminar.

Dorothy Parker, New York 1893-1967

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